DURBAN.- La secretaria ejecutiva de la Convención de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, Christiana Figueres, cree que los países pueden romper el estancamiento de años y firmar nuevos acuerdos vinculantes para reducir los gases de efecto invernadero, tras una semana de negociaciones entre casi 200 países.
La cumbre que sesiona en Durban (Sudáfrica) concluirá el viernes. "Ahora se está buscando cómo acordar un segundo período de compromisos, y ya no se debate si va a haber un segundo período de compromisos", explicó la diplomática. Pese a su optimismo, China y Estados Unidos (los dos mayores emisores de gases del mundo) esperan mutuamente a que el otro se comprometa primero a aceptar un acuerdo vinculante; Canadá, Rusia y Japón han dicho que no renovarán las promesas del Protocolo de Kioto de 1997, que expira el próximo año; y la Unión Europea quiere un nuevo pacto climático global.
El jefe de la delegación de Brasil, Andre Correa do Lago, advirtió que el foco sobre un acuerdo legalmente vinculante podría distraer de lo que realmente se podría alcanzar, si eso implica que las medidas concretas para reducir la contaminación se posterguen.
Tres informes de la ONU (divulgados la semana pasada) mostraron que se está acabando el tiempo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, las que han llevado a que el aumento del nivel del mar amenace con borrar varias islas del mapa, destruir cultivos por la sequía e intensificar los huracanes. Ayer, los delegados confeccionaron el primer documento relevante de la cumbre, con inquietudes sobre el financiamiento de un fondo anual, proyectado en U$S 100.000 millones para 2020, para ayudar a los países más afectados por el calentamiento global.
La idea de aplicar tasas sobre las transacciones financieras fue dejada fuera del borrador, pero se incluyeron impuestos a la aviación y al transporte como posibles fuentes de financiamiento. "La verdad es que existe el peligro real de que el dinero se esté cayendo del texto", advirtió el activista de Greenpeace, Tove Ryding. Los enviados de la ONU dijeron que el texto era un "vistazo" sobre el punto en el que estaban las negociaciones.
Protesta
Miles de personas desfilaron ayer por las calles de Durban coreando Amandla (Justicia), el grito en zulú clásico de los opositores al apartheid. En las banderas que portaban se leía "Dejen de acabar con nuestra Tierra", y se desplazaron al son de tambores.
"Queremos que dejen de publicar sus aburridos textos y se muestren tan vivaces como esta marcha", explicó Leo Saldanha, un militante indio. "Queremos una justicia climática, no queremos un apartheid climático", agregó Lubna Nadvi, una de las portavoces de la movilización organizada por un colectivo al que pertenecen ONG ecologistas; movimientos sociales, agrícolas y políticos, y sindicatos. La manifestación fue fuertemente custodiada por la Policía. (Reuters-AFP)